El régimen degolló de nuevo a inocentes para acreditar la tesis de la presencia de islamistas en Beni.
El último caso de masacres, registradas en Kamango del 7 al 9 de octubre de 2017, hay que añadirlo al ciclo de genocidios observado en la región de Beni a partir del 2 de octubre de 2014. Sin embargo hay aquí algo de particular y de nuevo: reforzar la estrategia del poder local en su plan maquiavélico para la República Democrática del Congo en general, y para su zona Este en particular. La crueldad utilizada por los matones en esta circunstancia sobrepasa los límites de la maldad humana. Los cadáveres que tenían aún las cuerdas con las que los ataron antes del suplicio, esas cantidades de motos amontonadas e incendiadas como paja… Esas conmovedoras imágenes resaltan por sí mismas el grado de horror que vive la población de Beni ante un extraño silencio absoluto de todas las opiniones, nacionales e internacionales, cuya palabra podría estimular inmediatamente acciones salvadoras: MONUSCO, CPI, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, etc.
¡Vergüenza y escándalo para el Estado!
Los testigos, y no cualesquiera, sino los mismos que escaparon de las masacres de Kamango el 7 de octubre de 2017, son formales y categóricos: sus verdugos llevaban uniformes militares de las FARDC que constituyen el regimiento de tropas desplegadas en esta zona para la operación Sokola 1. Estaban fuertemente armados y presentaban en todo un aspecto que no dejaba dudas de que se trataba realmente de efectivos de las FARDC. Otros testigos precisan que estos verdugos comenzaron la operación deteniendo amablemente a las víctimas y agrupándolas, asegurándoles que querían prevenirlas de un peligro constatado en la carretera. Algunos de esos testigos llamaron e informaron inmediatamente a sus familiares de que habían sido detenidos por las FARDC para protegerlos de sospechosos movimientos señalados más adelante en la carretera. Sin embargo esa comunicación cesó bruscamente y ya no se dio más signo de vida, sino la noticia de su muerte al día siguiente.
Muchos observadores pueden estar tentados de no creer estos testimonios pensando que podrían estar motivados por la emoción o el traumatismo de quienes han sobrevivido a esa tragedia. Sin embargo, hay otros testimonios irrefutables que provienen de las mismas FARDC de la operación Sokola 1. Al menos dos elementos de las FARDC confirman y completan los testimonios de los que escaparon. En efecto, según esos compatriotas militares, una distribución selectiva y secreta de uniformes nuevos y de dinero se efectuó en Ntoni en favor de algunos soldados de las FARDC justo dos antes de la irrupción de los presuntos asaltantes al PK40 el día 7 de octubre de 2017. Efectivamente, se puede reconocer tal uniforme en el cadáver de un asaltante presentado al público en Oicha el 10 de octubre, antes de su entierro, en presencia del Administrador del territorio de Beni, como « ADF ». Su foto se muestra aquí adjunta. Además, un oficial de las FARDC que se dirigía en moto de Nobili-Kamango a Oicha en la misma fecha del 7 de octubre reconoce que acababa de encontrar y saludar a elementos de las FARDC, a nivel de PK40, unos minutos antes de oír disparos de armas que atacaban un convoy de gente que él había cruzado más allá de esta posición de dichas FARDC. Considerando las imágenes de las víctimas, podría esperarse que hubiera muchos de las FARDC caídos en los combates, si es que hubo tales combates. Pero hasta la fecha no se ha declarado muerto a ningún militar.
Las clásicas ADF no se declararon nunca « islamistas » y han perdido toda su capacidad ofensiva desde 2014.
En un video difundido en las redes sociales se oye por primera vez una declaración presentada en nombre de los Yihadistas que hacen un llamado a una guerra islamista en el Este de la RDC. Sin embargo, hace más de 20 años que los combatientes rebeldes ugandeses del grupo de los NALU y del ADF se establecían en dicha región. Aunque están compuestos en gran parte por combatientes de religión musulmana, estos rebeldes no se han declarado nunca islamistas a lo largo de la historia de su presencia en la RDC. Conocidos únicamente como una rebelión política, los NALU y el ADF han tratado de privilegiar la cultura (religión) musulmana a causa de su nostálgico apego a la memoria del difunto ex-presidente Idi Amin Dada, quien durante su vida había conferido una importancia especial a la religión islámica.
El difunto general Bauma destruyó los santuarios de estos rebeldes en 2014. Desde entonces, y sobre todo después de la huida y el arresto del jefe de esta rebelión, Jamil Mukulu, el ADF como rebelión estructurada ya no existe en la región de Beni. Los residuos de sus combatientes se transformaron en equipos errantes que ya no disponen de la capacidad ofensiva requerida para enfrentarse con un ejército gubernamental.
Lo que pasa en Beni se hace sobre el fondo de un objetivo oculto. Kabila ha decidido mantener el caos (inseguridad y matanzas masivas) en el país para encontrar un álibi a la prolongación de su reinado como Presidente, eso por una parte; y por la otra, para tener el tiempo necesario para la puesta en obra del plan de balcanización del que es el agente en la RDC. El genocidio del pueblo Nande se justifica por el radicalismo de este último al oponerse a este doble objetivo. Entonces, el terreno propicio para castigar tal reticencia fue hallado prioritariamente en Beni, donde el álibi de la presencia de los rebeldes ADF/NALU ofrece una buena cobertura a todos los actos de carácter terrorista contra los autóctonos.
Preguntas:
– ¿Con qué interés los rebeldes ugandeses atacarían a los civiles congoleños en lugar de atacar al gobierno ugandés al que buscan derribar? En efecto, hay que recordar que antes invadían los pueblos congoleños, sobre todo con el fin de secuestrar personas que necesitaban para su servicio: soldados forzados, transportes de botín, servicios sexuales, etc. Con mayor razón tendrían hoy necesidad de esos autóctonos para reforzar sus efectivos tras las desbancadas de 2014, en lugar de emplearse únicamente en masacrarlos.
– ¿Por qué los islamistas llamarían de urgencia a una guerra santa en Beni donde los musulmanes representan apenas el 2% de la población local, sobre todo cuando esta minoría vive en perfecta armonía con todos los demás habitantes no musulmanes que no representan amenaza alguna contra ella?
– Otras ovejas del gobierno congoleño, que apoyan las mentiras del poder local sobre la presencia de terroristas islamistas en Beni y en Uvira, pretenden que dichos terroristas llegan al país vía Uganda y Tanzania. ¿Desde cuándo Uganda y Tanzania son conocidas por la opinión internacional como bastión de terroristas islamistas? A este título el señor Omar Kavota y el periodista Nicaise Kibel’bel se habrían transformado en extraterrestres hasta el punto de no estar informados de los testimonios de las víctimas de Beni y de ignorar los informes independientes de numerosas organizaciones, sobre todo de la sociedad civil de Beni-Lubero, la Comisión Parlamentaria, Human Rights Watch, el Grupo de Expertos de las Naciones Unidas… Estos informes rechazan unánimemente toda sospecha de presencia de terroristas islamistas en Beni y resaltan la implicación de las FARDC (y por lo tanto del poder) en la responsabilidad de las masacres en curso.
Joseph Kabila es quien mejor conoce a los terroristas islamistas de Beni y se dedica a crearlos…
La tesis que cita a los terroristas islamistas en Beni es propia del Presidene Kabila y de su régimen. El presidente congoleño apunta a ese adjetivo para excitar y persuadir a la comunidad internacional del peligro del terrorismo que amenaza al país y a la región de los Grandes Lagos. Pero a decir verdad, el objetivo de Kabila es otro: rechazar indefinidamente nuevas elecciones, pillar el país y amasar colosales sumas que le permitan gerenciar una parte de la RD del Congo, luego de su balcanización.
Con ocasión de cada episodio de masacres en Beni, el gobierno congoleño, por medio de su portavoz, se presenta como el portavoz mismo de los terroristas islamistas reivindicando a su nombre los crímenes y las masacres en curso. Este fenómeno ha seguido regularmente hasta el día en que se ha visto progresivamente acallado por las organizaciones antes citadas. El gobierno congoleño había callado finalmente ese chantaje cuando la comunidad internacional y otras opiniones particulares le hicieron observar que en ningún caso los terroristas islamistas habían camuflado sus acciones. Muy al contrario, ellos las reivindican prontamente y no necesitan que alguien hable en su lugar. ¿Acaso es adrede y para contradecir esos informes que se montó un video (eso se ve a simple vista) que muestra a un hombre barbudo llamando a los islamistas a intervenir en Beni, al Este de la RDC? La coincidencia no es fortuita.
Benilubero Online ha tratado muchas veces sobre las vueltas del presidente congoleño buscando reclutar terroristas que quisiera utilizar para acreditar su tesis islamista en Beni y también, de modo general, para hundir al país en la desolación del caos de los terroristas. Esta preocupación le ha inspirado expedir emisarios, entre otras partes, a Libia y a Siria. Estas vueltas llevaron al Jefe del Estado congoleño a reforzar la conexión con el Hezbollah. Este manejo debería llevarlo a procurar terroristas que afecten ciertas ciudades y regiones del país marcadas de antemano por el régimen de Kabila. Muchos lectores habrán pensado en esta época que la redacción de Beni-Lubero On Line mostraba exceso de celo. Afortunadamente, The Sentry, por la exposición de su informe de investigaciones confirma hoy, y a su manera, hasta qué punto el régimen de Joseph Kabila hace apoyar su poder sobre un compartir con la red de terrorismo mundial. De modo que la RDC está dirigida por un presidente « terrorista ». La peor de las realidades es que este último enfoca su terrorismo contra su propia población.
¿El emisario americano va a dejarse ciertamente distraer y apiadar por un presidente terrorista?
Las masacres de Kamango se ejecutan en el momento en que el embajador de los Estados Unidos en la ONU se apresta a venir a la RDC. ¿El régimen de Joseph Kabila habría organizado estas masacres para preparar al enviado del país de Donald Trump a tragarse en adelante la tesis que afirme que el gobierno congoleño está en plena guerra contra los terroristas islamistas, y obligarlo así a inclinar a las autoridades americanas para que acepten la prosecución de la continuidad del mandato presidencial en el país más allá de diciembre de 2017?
Los países amigos de la RD del Congo todavía honestos, ya sean cercanos o lejanos, deberían darse prisa para ayudar al pueblo congoleño a poner fin a este calvario que le impone un hombre, sin alma ni corazón, pero cuya sed de poder va hasta darle sed de la sangre de su población.
« Se entiende así el grave peligro de toda prolongación del poder de Joseph Kabila. Los congoleños dignos de este nombre deben rehusar toda forma de transición. En efecto, a la vista de lo que pasa en el Kivu-Ituri, toda transición más allá de Diciembre de 2016, daría tiempo y medios al gobierno congoleño que es, con toda evidencia, cómplice de la ocupación ruandesa del Kivu-Ituri en curso » (Padre Vincent Machozi, el 19 de Marzo de 2016, palabras que le costaron su asesinato al día siguiente).
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