





Este jueves 15 de junio de 2017 hubo un violento ataque de madrugada muy temprano en Mukulya, a las puertas de la ciudad de Beni. El oficial designó a los atacantes como de los Mai-mai, pero sin determinar la identidad. Omar Kavota, con un fácil desparpajo en toda circunstancia sobre Lambert Mende, evoca por su parte la tesis de las ADF, según la nueva ideología que le ha sido inculcada por el poder local, desde hace cierto tiempo, y a precio de dineros.
Globalmente, este hecho trágico, como todos los que lo precedieron hasta ahora, ha sido banalizado por las autoridades del Estado; sin embargo, un policía fue muerto en esta ocasión, mientras que dos chinos afectados por cuenta del FONER, al nivel de la barrera de Mukulya, han sido dados por desaparecidos hasta ahora; nadie sabe si están vivos o muertos.
Este viernes 16 de junio, poco antes del amanecer, se registró otro violento ataque en Kalunguta, en el eje vial Beni-Butembo. El mayor en funciones de comandante del batallón de las tropas de las FARDC desplegadas sobre la plaza fue muerto. El T2 o el responsable de la información de la operación Sokola 1-Nord, que se encontraba en esta zona, fue salvajemente desangrado y todos sus guardias de cuerpo muertos. Una vez más, el oficial sólo hizo dar razones difusas sobre la identidad de los asaltantes, de los que ninguno fue capturado vivo o muerto. Un pánico general se ha cernido ya sobre los habitantes de la ciudad de Beni, y la carretera que une las dos grandes ciudades del medio, Butembo y Beni, ha sido rota por este suceso. La amplitud de esta inseguridad se anuncia en aumento, de modo que la población duda en arriesgarse con cualquier movimiento o desplazamiento sobre ese trozo de vía.
Oficialmente, se ha hecho creer a las opiniones locales y exteriores que los Mai-mai volvieron a actuar, propósitos jalonados de contradicciones que estipulan que son los de las ADF quienes serían responsables de esos ataques. Sin embargo, después de los hechos del ataque, acompañados de las evasiones de la prisión central de Beni, los Mai-mai no parar de desechar todas las informaciones que pesan sobre ellos.
Y así, los sitios que sirvieron como campo de batalla ese día en Kalunguta, o ayer en Makulya, son lugares de sabana de pradera, donde el enemigo no sabría disimularse, contrariamente a lo que se imaginaría en bosques o parques aislados.
Indiscreciones de parte de los elementos de la tropa de las FARDC continúan alertando BLO de que existe una maniobra en el seno del ejército gubernamental consistente en organizar en el mismo ejército bandas, o una red de militares, destinados a matar a sus propios compañeros de armas, para hacer creer al público que se han montado ataques de las milicias autóctonas contra los soldados leales. Al mismo tiempo, esa denuncia ataca molesta al poder local, ya que los soldados de las FARDC ellos mismos afirman que no son hostigados por los Mai-mai, de los que nadie en las fuerzas armadas ha podido localizar huellas, después del asalto por « desconocidos » de la prisión de Kangbayi en Beni.
Por esa razón, considerando las víctimas de los ataques que se intensifican desde hace tres días da lugar a creer que el plan de corte de las carreteras de Beni et Butembo se está realizando de conformidad con la alerta dada por BLO en la fecha del 5 de junio de 2017. Los agentes de la violencia del Presidente Kabila han buscado el modo de despistar esta predicción, dejando momentáneamente el tramo Beni-Kasindi y Butembo-Goma para desviar la atención de la opinión pública, improvisando sus acciones para cortar ante todo el eje Butembo-Beni.
Sin embargo, hagan lo que hagan, su maquinación ya es ahora bien conocida. Quedan pues advertidos de que rendirán cuentas inevitablemente un día, lo mismo que Alexis Tambwe Mwamba, quien se encuentra interpelado en la fecha, veinte años después de su crimen contra la Humanidad, en 1998, en Kindu.
Barthelemy Kahindo Vulere
Beni
©Beni-Lubero Online.





