





Con profunda consternación se alerta a la opinión pública, desde el sábado 16 de diciembre de 2017, sobre el repunte de las hostilidades entre las dos etnias del Ituri, los Lendu y los Hema, en el territorio de Djugu. He aquí lo que sucede actualmente en el Ituri, y más precisamente en el territorio de Djugu, Colectividad de los Walendu Pitsi, Colectividad de los Walendu Jatsi, Colectividad de los Walendu Watsi, y Colectividad de los Bahema Nord, donde dos etnias han vivido un conflicto que asoló al Ituri en los años 1999-2004, con un balance de 75.000 muertos, y por lo menos 1.500.000 desplazados hacia los países vecinos…
Recomienza otra vez la historia desde el pasado sábado 16/12/2017, en que un sujeto Hema que regresaba de su campamento fue muerto por un grupo de Lendu provistos de machetes y otras armas blancas. Subió sin tardar la tensión al retirar la víctima del lugar del crímen; Al día siguiente, el domingo 17/12/2017, se produce otra masacre, la de una pareja de Hema que iba al mercado. Esos incidentes desencadenan las matanzas e incendios que abrasan las aldeas donde ocurren esos hechos. El balance es muy importante: una decena de muertos y cientos de desplazados. Las poblaciones de esas dos comunidades han huido en la noche del lunes con destino a la vecina Uganda, vía el puerto de Sebagoro en el distrito de Hoima.
Conviene resaltar que el jefe Hema Kahwa Panga Mandro había tenido sabiamente cuidado de alertar a sus hermanos del Ituri de esas dos comunidades antagonistas de que el régimen local trabaja encarnizadamente por hundirlos en el caos de los conflictos fratricidas. Los invitaba entonces a la prudencia ante esta manipulación maquiavélica del poder kabilista. Los ha exhortado a unirse para trabajar juntos al servicio de la paz.
Verdaderamente, el Presidente Joseph Kabila habrá llenado de duelo al país con todas esas tragedias sobre las que hace asentar su reinado, cometiendo los peores crímenes.
Ngadjole Mateso
Bunia.
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