





« El ataque a la prisión de Kangbayi, de Beni, fue una orden que se dio… »
Este domingo, 11 de junio de 2017, a las 15 horas y media, hora local de la ciudad de Beni, asaltantes fuertemente armados atacaron violentamente KANGBAYI, la prisión central de la ciudad de Beni. Once personas, entre las cuales ocho militares encargados de la guardia de dicha prisión, cayeron bajo el fuego de los tiros de las armas ligeras y de los sistemáticos bombardeos de armas pesadas que permitieron quebrar los cerrojos y abrirles paso a los prisioneros.
Así novecientos treinta (930) de los novecientos sesenta y seis (966) prisioneros que se encontraban encerrados en el edificio de la prisión se sintieron libres, tomando todos el camino de la evasión. La mayoría de esos evadidos son personas muy peligrosas, arrestados con frecuencia por crímenes de masacres de civiles en la región de Beni, o por complicidad en los cargos de los presuntos ADF/NALU, cuyos crímenes contra la humanidad han estimulado la instalación de un tribunal militar que funciona actualmente en Beni.
El ataque de este día contra la prisión de Beni que condujo a la liberación de todos esos criminales que allí se encontraban, interviene justo un día después del mismo tipo de fenómeno contra la prisión de Matete, en Kinshasa, mientras el recuerdo del ataque contra la prisión de Makala y la liberación de sus prisioneros en Kinshasa, así como la organización de la evasión de los prisioneros del Bajo-Congo, impregna aún los espíritus, ya que esos eventos se produjeron en menos de un mes.
Sin embargo, contrariamente a los casos precedentes, los cómplices de los criminales de Beni en esta última tragedia son ampliamente conocidos. He aquí sus indicaciones:
El sábado 10 de junio de 2017, el general Timothée Munkutu, auditor militar, que preside el tribunal militar en el proceso contra los presuntos ADF en Beni, efectuó una visita poco ordinaria a la prisión Kangbayi de Beni. Después, el domingo por la mañana, tomó un vuelo para Kinshasa. Inmediatamente, al mediodía, los asaltantes fuertemente armados lanzan un ataque feroz contra dicha prisión hasta liberar a todos los que tenían necesidad de dejar salir, al precio de las víctimas ya señaladas. La personalidad del general Munkutu parece desde entonces, y a priori, muy sospechosa en ese golpe fatal que debía sacudir a la ciudad de Beni, incluso a todo el Beni-Lubero, por la ejecución de una evasión criminal que pareciera estar sabiamente planificada en algún lugar.
Entre los evadidos se encontrarían, según ese mismo tribunal militar de Beni, sujetos ugandeses, ruandeses, congoleños, e incluso somalíes, que esperaban su proceso a causa de la presunción de su estado de asociación en el crimen de la masacre perpetrada por los presuntos ADF, contra los civiles de la región de Beni. Sin embargo, hasta estos días, el general Munkutu nunca había presentado en público a estos prevenidos.
Y aún más, localmente, el pueblo, y sobre todo las víctimas que escaparon, han perdido confianza en este tribunal progresivamente, ya que se ve que es sistemáticamente corrupto, esforzándose por mezclar mentiras y verdades, con el fin de crear la confusión, con el objetivo de salvar y proteger a los verdaderos autores del crimen de la masacre, incriminando a inocentes. De ahí, el encarnizado esfuerzo con que procuró meter en el problema a los jefes del medio local, como BAMUKOKA, del poder local, mediante intimidaciones, forzándolos a colaborar en su plan criminal.
El general Munkutu y sus superiores se han dado cuenta de que el tribunal militar establecido para juzgar a los presuntos ADF, quedaba descubierto por la opinión como un proceso vergonzoso para el gobierno congoleño. De modo que estimaron urgente ponerle fin de una manera u otra. Estas son pues las razones de la planificación de la tragedia de la evasión de este domingo de la prisión de Kangbayi.
Otro punto de sospecha sobre el oficial congoleño: un oficial superior de las FARDC con rango de coronel, que requiere el anonimato por razones de seguridad, ha declarado abiertamente a los investigadores de BLO que el ataque a la prisión de Kangbayi este domingo fue « una orden dada »…
Creemos que dice la verdad y que tiene razón de hablar en esos términos. En efecto, la prisión de Kangbayi es una prisión moderna que ha sido reacondicionada con fondos de las Naciones Unidas, y beneficia de una estructura de seguridad conveniente. Por otra parte, la región de Beni está actualmente supermilitarizada de manera que es imposible a una banda de aventureros pretender tener el valor de hacer una incursión en pleno día contra unas instalaciones oficiales altamente vigiladas. Todo lleva a creer que tal ataque severo a las 15 horas del día, apoyado por nutridos disparos de armas pesadas, no puede ser sino un escenario que implica la participación de las mismas FARDC. Había que ejecutar la orden recibida. Pero ese « cinema » desafortunadamente escapa a una visión superficial. Ya se vivió en Makala, en Kinshasa, en el Bajo-Congo, y ayer sábado en Matete (Kinshasa); pero hoy ese teatro revela el nombre del compositor, a partir del evento de la prisión de Kangbayi de Beni…
¿Dónde se podrían buscar aún los autores de esas evasiones criminales repetitivas a través del país?
En Beni, los célebres patriotas Mai-mai, siempre listos a reivindicar valerosamente todas sus acciones, han negado categóricamente cualquier implicación en el ataque a la prisión de Beni de este domingo. Y nuestro coronel anónimo de las FARDC recupera implícitamente, en nombre del Ejército regular, la responsabilidad de los hechos…
La tercera sospecha contra el oficial : el cubre fuego de las 18 horas y media en Beni y en Butembo vuelve a la mesa, un llamado a Kakolele para investir rápidamente el medio con sus agentes matones.
El gobernador de la provincia de Nord-Kivu, Julien Paluku, en nombre del comité de seguridad provincial, ha declarado inmediatamente el cubre fuego sobre la ciudad de Beni y sobre su hermana de Butembo. Dicen que « la experiencia vulve sabio ». El año pasado una disposición similar había sido adoptada ya después de las masacres de Rwangoma, en la ciudad de Beni. Sin embargo, la población local ha lamentado que ese cubre fuego haya sido impuesto justamente para ayudar a los inmigrantes Hutu clandestinos a atravesar de noche las ciudades de Beni y de Butembo para escapar a todo obstáculo debido a la vigilancia de los autóctonos. Todavía hoy esa decisión no surge con buena intención. BLO ha desvelado la semana pasada el secreto del plan según el cual Kakolele « Águila Blanca » recibió la orden de cortar la carretera de Kasindi, a fin de aislar aún más las ciudades de Beni y de Butembo, infiltrando sin embargo sus colaboradores del M23 para terminar el plan de caos, y sembrar la violencia, las masacres y la guerra. Ese proyecto tenía también necesidad de un álibi para su cobertura. De modo que más de 900 criminales acaban de ser inyectados en la naturaleza, y en el entorno social del medio. Deben participar eficazmente para apoyar el plan de Kabila, que tiene que ejecutar Kakolele y compañía, sobre Beni y sobre todo Beni-Lubero.
Kabila está ahora listo para abrir todas las prisiones más peligrosas del país. Es urgente que su poder sea detenido sin plazo suplementario. Mientras tanto, Julien Paluku, que acaba de perder una vez más la confianza que trataba de recuperar difícilmente, y sus colegas los gobernadores de las provincias de Kinshasa y del Bajo-Congo, deberían esperarse responder un día, al lado de su señor el Presidente, por todos esos crímenes de evasión de prisioneros, organizados deliberadamente para las necesidades de conservación de un poder ilegítimo e ilegal.
Didi Katanga Muntu
©Beni-Lubero Online.





