





Cuando se informa de que en Beni no hay rebeldes ugandeses de las « Allied Democratic Forces », ADF, muchos piensan que se trata de una fábula o de un chantaje del pueblo que está desesperado de rencor contra el régimen local. Además, tampoco hay islamistas haciendo una guerra de la Jihad en la RDC, eso es sólo una puesta en escena de un régimen que ha sido llevado al poder por la generosidad del pueblo, que se complace sádicamente contra éste, a causa de la ambición por perennizarse en su gestión catastrófica y escandalosa.
La prueba que exhibimos aquí es una vergüenza para el gobierno congoleño que no cesa de mentirle al pueblo y al mundo sobre la identidad de los matones de Beni. Es una vergüenza también para la comunidad internacional, sobre todo para la ONU, que pretende ser una institución dedicada a civilizar al mundo, sobre todo con su afirmación del sentido de los derechos humanos y del respeto por la vida, mientras se calla de manera cómplice y no hace nada ante la amplitud de los crímenes cometidos en la República Democrática del Congo en general, y más en particular en Beni-Ituri: ninguna encuesta internacional, ninguna sanción contra el régimen responsable de dichos crímenes, ninguna presión para ponerlo fuera del modo de causar daño.
La nueva prueba que aporta hoy la población local es irrefutable: esos « ADF-FARDC » tratan de enmascarar su identidad llevando ropas civiles (jeans o sudaderas) sobre los uniformes militares del ejército congoleño. Además del fusil, añaden armas blancas, especialmente machetes, para despedazar a las víctimas. La imagen aquí adjunta lo muestra con toda claridad. Fue la población quien desenmascaró a ése de las FARDC en plena acción de masacre, pillaje y destrucción malvada, en nombre de las ADF y de los islamistas.
¿Qué interés tendrían verdaderos rebeldes ugandeses en masacrar a apacibles poblaciones congoleñas? No, no tendrían absolutamente ninguna razón de hacer eso; ya que, incluso si tuviesen necesidad de descargarse, no están más que a un paso del territorio ugandés en donde podrían intentar cualquier tipo de sabotaje, si quisieran. El gobierno congoleño, y quienes lo representan localmente en Beni y en el Ituri, no tienen verdaderamente cómo justificarse, tanto ante la opinión nacional como internacional.
La población civil creía que se trataba de un ADF pero, al desvestir a este intruso de civil y con un machete (visible aún junto a su mano derecha), se descubre que se trata de un militar de las FARDC que estaba disfrazado como ADF.
Jeanne d’Arc KAHINDO
Beni
©Beni-Lubero Online.





