





CARTA ABIERTA
Dirigida a Su Excelencia el Señor Presidente de la República Democrática del Congo (Con nuestros más deferentes homenajes)
Concierne: Situación preocupante de seguridad en la región (Recuerdo)
Excelencia,
Nosotros, Actores de la Sociedad Civil, Fuerzas vivas de los Territorios de Beni y de Lubero, y de las ciudades de Butembo y de Beni, reunidos en Butembo en Asamblea General Extraordinaria, este miércoles 25 de abril de 2018, tenemos el honor de dirigirnos a su alta competencia con el fin de recordarle el contenido de la carta abierta que las fuerzas vivas de los territorios de Beni-Lubero y de las ciudades de Butembo y Beni le habían dirigido hace cerca de dos años, y para hacerle partícipe de las conclusiones de nuestro encuentro.
En efecto, aun cuando en la fecha del 14 de mayo de 2016 le presentábamos un grito de alarma y de angustia, solicitando su indulgencia para poner fin a ese calvario por el que atraviesan los habitantes de nuestra región, constatamos actualmente sobre el terreno los elementos siguientes:
Los ciudadanos congoleños continúan siendo salvajemente asesinados en los territorios de Beni y Lubero. Considerando únicamente los muertos identificados por las fuerzas vivas, el número ha pasado de 1.116 en mayo de 2016 a 2.459 en abril de 2018, o sea, al menos 57 personas muertas al mes, o una media de 2 personas asesinadas cada día. ¡Es demasiado! Esta cantidad se reparte del modo siguiente: más de 1.465 personas masacradas en el territorio de Lubero.
Los secuestros, los raptos y las desapariciones de personas no han cesado, sino que por el contrario han tomado una marcha inquietante.
En el territorio de Lubero, más de 874 casos de raptos, contra más de 783 en el territorio de Beni, o sea un total de más de 1.675. Y más aún, 757 víctimas raptadas sobre el trazo vial Kanyabayonga-Goma (Vusendo) de los que la mayoría son habitantes del territorio de Lubero y de la ciudad de Butembo y aún no han sido hallados.
Más de 7.376 casos de violaciones de mujeres y de niños son documentados regularmente.
Vehículos y casas continúan siendo incendiados, a veces personas y muchos bienes son calcinados. Especialmente, 2.883 casas incendiadas, 11 vehículos quemados sobre el trazo vial Beni-Eringeti y Beni-Kasindi, en el territorio de Beni; en cuanto al territorio de Lubero, se cuentan 47 personas calcinadas en el incendio voluntario de 1.539 casas, 20 vehículos quemados. Además de 10 estructuras sanitarias incendiadas entre 2014 y 2016; otras cinco lo fueron en el territorio de Lubero, y 2 en el territorio de Beni, sin contar más de 7 centros de salud y hospitales que fueron saqueados en Butembo en 2017.
Las escuelas son atacadas, destruídas y pilladas por los rebeldes, otras son abandonadas, otras también ocupadas, ya sea por desplazados, ya sea por dependientes de los militares, o por grupos armados. En total, 13 escuelas han sido saqueadas en la ciudad de Butembo; otras 39 completamente destruídas en el territorio de Lubero, y más de 65 escuelas abandonadas y dañadas. En el territorio de Beni, el sector Beni-Mbau y la cabecera de los Watalinga continúan constituyendo el « triángulo de la muerte », al que se añade el sector de Ruwenzori en manos de varios tipos de grupos armados.
Varios pueblos están enteramente ocupados por grupos armados; es el caso del territorio de Beni, donde los Mai-mai Malaika ocupan los pueblos de Kanyihunga, Lisasa, Pabuka, y el grupo Bibuya se instaló en el Graben; los ADF constinúan mostrándose activos alrededor de Mualika y a lo largo del río Semuliki; mientras que en el territorio de Lubero 18 agrupamientos, sobre los 22 que cuenta, están bajo control de los grupos armados. Es el caso del NDC/R que ocupa Kasugho, Kagheri, Muhanga, Bunyatenge, Masekeseke, Matowa, Fatua, Katoyo, Karambi, Kivale, Kighali,…; del UPDI/Mazembe que controla Kateku, Kimaka, Miriki, Kaghumo, Kanyatsi, Kalevya Kanzanza, Byanze… y de la SDC que se instaló en Musasa, Kilau, Kinyatsi, Kanune, Mbughavinywa, Luhanga … ; del UPLC que se impone en Ndwali. Más grave aún en el territorio de Lubero, en los pueblos de Kasugho y Kagheri, los Maï-maï NDC/R han procedido a la instalación de su jefe costumbrista y, como en los otros pueblos ocupados por los grupos armados, se han incluso arrogado el poder de crear y percibir tasas e impuestos costumbristas.
Sólo la ciudad de Butembo alberga más de 6.235 desplazados, mientras que el territorio de Lubero cuenta más 182.800, viviendo todos sin asistencia humanitaria, al lado de otras víctimas de la inseguridad, cuyos autores son generalmente los grupos armados, los elementos incontrolados de las FARDC, del ANR, y de la Policía, así como civiles que colaboran con los enemigos. Numerosos son los casos de niños en estado de abandono escolar, no sólo a causa de la vida miserable de sus padres, sino sobre todo a consecuencia de los destrozos de la guerra.
El sistemático pillaje de los recursos económicos y la maligna destrucción de los bienes de la población son visibles acá y allá, por todas partes. El tratamiento inhumano que se observa en las cárceles, donde los presos son frecuentemente privados de alimentación y de cuidados de salud.
Excelencia,
Lo que parece absurdo es constatar que, mientras que el ejército se bate contra los terroristas ADF que degüellan sin piedad a todos los que encuentran a su paso, comunidades nuevas se instalan en las zonas aparentemente conquistadas para realizar allí actividades de explotación de los recursos naturales, del suelo y del subsuelo. Lo que parece confirmar la hipótesis de la puesta en marcha de una mano de obra que sería constituida esencialmente por extranjeros (probablemente refugiados ruandeses), en espera del proyecto de explotación del petróleo de la cuenca Albertina. De modo que eso podría, eventualmente, desencadenar la balcanización del país…
Por otra parte, en los grandes centros, se asiste con impotencia a los asuntos especiales de los servicios de seguridad (ANR, PNC y FARDC), cuyas oficinas se han transformado en servicios de plato, un medio de enriquecimiento ilícito para ciertos responsables.
Excelencia,
Se añade a este sombrío cuadro la asfixia de la economía por estrategias deliberadas del no mantenimiento de las infraestructuras viales (se hace alusión aquí a la Carretera Nacional Nº2, sobre el tramo Butembo-Kanyabayonga, el tramo Butembo-Manguredjipa, etc.), y las medidas tomadas por el Ministro de Estado y Ministro de Comercio Exterior imponiendo la exportación de la quinquina en estado acabado o semi-acabado (una forma de prohibir su cultivo y su explotación, siendo así que la región es la mejor productora en calidad y cantidad), por una entidad sin energía ni industria.
Mientras tanto, en el plano social, se acaba de imponer otra forma de inseguridad: la huelga de los médicos. Estos son obligados a abandonar a sus enfermos a merced de la muerte. Esta huelga viene a añadirse a las múltiples quejas salariales sentidas en cada sector profesional, al lado de la multiplicidad de las alzas y de las zumbas fiscales de todo tipo.
Excelencia,
A la vista de esta situación, continuamos plateándonos interrogantes del tipo:
¿Hasta cuándo los habitantes del Este de la República continuarán contabilizando estos actos atroces?
¿Por qué, sin tener en cuenta nuestros gritos, nuestros lloros, y nuestras múltiples llamadas de socorro, su silencio, el del Gobierno congoleño, et el de la Comunidad internacional son la única respuesta?
¿Por qué las iniciativas de los diputados en relación con la cuestión de las masacres de Beni-Lubero son frecuentemente silenciadas, mientras que las acciones militares son reducidas a las nada por los enemigos?
¿Está pensando en Gobierno congoleño en un plan de indemnización para las víctimas de ese terrorismo?
¿Por qué el Gobierno central no procede a la restauración de la seguridad en los territorios de Beni y de Lubero, y en las ciudades de Beni y de Butembo, una prioridad como la del caso de los BUNDU DIA KONGO, de los ENYELES y del M23?
¿Por qué la Corte Militar del Nord-Kivu que ha sesionado en cámara foránea en Beni no ha conseguido identificar a los verdaderos comanditarios de las masacres?
¿Por qué el Gobierno congoleño y la Comunidad internacional dudan en calificar las masacres puntuales de las poblaciones del Nord-Kivu como crimen de genocidio?
¿Por qué el Gobierno congoleño y la Comunidad internacional dudan de apelar a la Corte Penal Internacional (CPI)?
Después de haber constatado la ineficacia de la MONUSCO y de su Brigada de intervención sobre el terreno (según sus dichos), ¿qué hace el Gobierno congoleño para defender a su Nación, su independencia, y proteger a sus ciudadanos y a sus bienes?
Excelencia,
Lo que parece curioso es que el enemigo goza de la diversión contenida en los propósitos incendiarios de ciertos políticos que apuntan a incriminar y a culpabilizar a las comunidades locales, que son sin embargo las víctimas. Estas posiciones pueden desanimar, desorientar y desestabilizar a los valientes militares de las FARDC que sacrifican resueltamente sus vidas en defensa de la Nación. Más aún, los mensajes de hombres políticos, cuando son mal interpretados, pueden levantar a las comunidades unas contra otras y acrecentar así la violencia.
Excelencia,
Para evitar encontrarse ante un hecho cumplido y ser asimilado a los demás cómplices, las fuerzas vivas de los territorios de Beni y de Lubero, y de las ciudades de Butembo y de Beni le recomiendan vivamente: que en su calidad de garante de la integridad territorial, de la independencia nacional, de la seguridad de las personas y de los bienes, del funcionamiento regular de las Instituciones, y en su calidad además de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo, que tome en mano sus responsabilidades para restaurar la autoridad del Estado en toda la extensión del territorio nacional, incluyendo claro ahí el Nord-Kivu.
Esperando que el contenido de esta carta abierta retenga su mejor atención, le rogamos que acepte, Excelencia, la expresión sincera de nuestros sentimientos patrióticos.
Por las coordinaciones de la sociedad civil,
1. Noella KATONGERWAKI, Presidenta/Beni Territorio
2. Gilbert KAMBALE KAMATHE, Presidente/Beni ciudad
3. Edgar KATEMBO MATESO, Primer vice-presidente/Butembo
4. Georges MUHINDO KATSONGO, Presidente/Lubero





