





El público sigue con interés la prueba de las infiltraciones del M23 y de sus aliados por la frontera de Kasindi cuando el Mayor que comandaba a las FARDC en ese puesto fronterizo estrelló su carro en un accidente por precipitarse para tratar de camuflar a los ruandeses, elementos del M23, que él estaba infiltrando para juntarse con los degolladores de Beni, como se ve en el testimonio del siguiente video:
Este hecho parece como una gota de agua en el océano en el cuadro de la oleada de infiltración de elementos del M23 cuyas autoridades han organizado la cobertura en la frontera de Kasindi. Sin embargo, los agentes ugandeses del servicio de seguridad y de inmigración en el puesto de Mpondwe no cesan de alertar a la parte congoleña del paso de personas sospechosas por este eje, sobre las que el servicio congoleño de información y seguridad deberían de aplicar una investigación más cuidadosa. Esta sospecha viene del hecho de que dichas personas invocan siempre el motivo de ir a cultivar los campos en la región de Beni y de Boga (en el Ituri), una zona que está, no obstante, sometida a masacres de civiles.
El árbol que oculta el bosque fue así finalmente desenmascarado: muchos de los combatientes del M23 se han infiltrado hacia Beni utilizando el eje de Kasindi, y las investigaciones llevadas a cabo por Benilubero Online conducen a poner en relieve las realidades siguientes:
– Las autoridades congoleñas han puesto sobre el eje de Kasindi a responsables militares que están de acuerdo con el plan del régimen de Kabila que consiste en conquistar Beni (la ciudad y el territorio) por los del M23, apoyados por los degolladores instalados ya en la misma región.
– El principal supervisor de esta misión sigue siendo el coronel Tipi Zero-Zero, cuyo estado mayor está instalado en Mutwanga, una localidad que se encuentra a medio camino entre Kasindi y Beni. Por este hecho todo el eje Beni-Kasindi está automáticamente controlado por oficiales ex-CNDP que comparten la ideología de la ocupación de Beni y del Ituri que el M23 está llamado a ejecutar; se los encuentra también en Kasindi, en Lume, en Karuruma, en Semuliki, etc.
– Los combatientes del M23 que hay que infiltrar en este programa son reclutados en Ruanda, Burundi, Rutshuru, Masisi, y en Uganda por el celo del coronel Richard Bisambaza que tiene el control de la máquina de los masacres de Beni, después de la defección de las FARDC en 2013, cuando él era entonces comandante del segundo sector en Eringeti.
– Los elementos a infiltrar se presentan vestidos de civil al atravesar la frontera, después son recuperados y se meten por un camino distante que se orienta hacia Kasindi-puerto; entonces cambian su ropa por túnicas para aparecer como musulmanes. Existen a nivel de la frontera de Kasindi sujetos ruandófonos que se esconden entre los cambistas de monedas, que sirven de consejeros para orientar el desplazamiento de esos intrusos con seguridad.
El papel que representa Lafontaine
– El coronel Lafontaine Kakule Sikuli ha optado por hacerse célebre aumentando el flujo de sangre de sus propios hermanos. Asociándose con Mastaki, un Konzo de Kasese enteramente versado en las maniobras criminales de Kigali, a causa de su mujer tutsi, que le sirve de puente con el general James Kabarebe, Lafontaine ha recibido de Bisambaza la misión de establecer el sitio de recepción de los infiltrados del M23, cuyos campamentos de tránsito están instalados en el radio que se extiende desde Lume hasta el río Semuliki. Trabaja mano a mano con Mastaki; juntos se han vuelto los portaestandartes del M23 y del plan de ocupación de Beni por los invasores ruandeses.
– Los ruandeses (M23) van a desarrollar ellos mismos la guerra de ocupación de Beni. Pero son Lafontaine, Mastaki, y otras marionetas de Nande quienes serán utilizados para proclamar la caída y dicha ocupación, presentando el asunto como la explosión de una rebelión local, con el fin de enmascarar en las primeras horas la ocupación ruandesa en proyecto.
Todos los degolladores que pueblan Beni-territorio y el sur del Ituri esperan alcanzar su objetivo migratorio en esta región sosteniendo vigorosamente la guerra de ocupación cuyos planificadores no paran de contar los días para manifestarse de manera abierta. Son ellos quienes vendrán a ocupar la ciudad de Beni y todas las propiedades que los autóctonos expulsados de allí hayan abandonado.
La población local de Beni debería de redoblar la vigilancia para descubrir a tiempo a los invasores, así como a sus cómplices locales o autóctonos, esos hermanos equivocados que sacrifican su comunidad vendiendo su conciencia por una propina.
Jeanne d’Arc KAHINDO
Beni
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