





El lunes y el martes que abren esta semana del 5 al 12 de marzo de 2018 revelan la determinación de los degolladores de inflamar también la ciudad de Beni, los mismo que toda la extensión del territorio que lleva su nombre. Hechos de una crueldad inaudita, tales como lo expresan las imágenes sacadas en esa circunstancia, se han registrado en la periferia de la ciudad de Beni y sobre el eje Mbau-Kamango, en la comuna rural de Oicha.
En efecto, fuentes policiales han señalado nuevas masacres en la mañana de este martes 6 de marzo a nivel del PK20, sobre la carretera que une Mbau a Kamango. Ningún balance ha filtrado aún de este suceso cuyos testigos confirman la amplitud de la carnicería.
Por otra parte, dos localidades de Mayangose, en la periferia Este de la ciudad de Beni, han conocido carnicerías para las que no existe calificativo adecuado. La intensidad de la lluvia que se abate en el mismo momento en que se desarrollan los hechos no permite dar un balance exhaustivo inmediatamente; pero para empezar, ya se han reportados al menos 7 muertos y una multitud de personas secuestradas por los asaltantes en el radio de Mangolikene. Un bebé de tres meses ha escapado providencialmente de esta carnicería humana y ha asistido impotente al degüello de sus padres y al secuestro de sus dos hermanos y dos hermanas. Otras masacres han sido declaradas en un radio vecino de Mangolikene, precisamente en Kekelibo, del que nadie consigue dar inmediatamente un balance, a causa de la inaccesibilidad del lugar.

Los asaltantes se llevaron todo a su paso (productos del campo, bienes muebles, productos de cría doméstica) y han incendiado todas las casas, antes de retirarse con sus secuestrados, luego de haber degollado a otros a su gusto. Los testimonios de los que providencialmente huyeron son muy impactantes.
Es decepcionante constatar la amplificación de este tipo de masacres y su generalización en momentos en que las autoridades del país continúan engañando a la opinión pública con despliegues militares de apenas velan el carácter cómico de las operaciones en curso. Hace muy poco tiempo que las jerarquías militares de las FARDC informaban al público del inicio de la operación « Usalama » (palabra swahili que significa « pacificación ») en favor de los distritos de Beni-ciudad y Beni-territorio. Miles de soldados han sido enviados sobre el terreno a manera de refuerzo para sostener dicha operación. Y de eso no se ve hoy sino la intensificación y la generalización de las masacres. ¿No sería esto pues una prueba de más para demostrar que la jerarquía nacional del país no hace sino ganar tiempo multiplicando las estrategias destinadas a reforzar a sus apoyos en las masacres, planificadas además sobre un fondo político en el Este del país en general, pero sobre todo en el gran Nord-Kivu y en el Ituri en particular?
Es gran lástima que los depredadores hayan aparentemente conseguido apretar su cerco sobre un pueblo que rehúsa categóricamente la balcanización del país. El poder local está resuelto a castigar injustamente a sus ciudadanos por una extrapolación errónea de la profecía de Ezequiel (7: 15): « ¡La espada fuera, la perte y el hambre adentro! El que esté en el campo morirá por la espada, el que esté en la ciudad será devorado por el hambre y por la peste ». Efectivamente, la población de Beni, y pronto la del Ituri, están condenadas a morir de hambre en las ciudades, o a espada cuando traten de reavituallarse en sus propios campos.
¿Cuál es el pecado de los pacíficos habitantes de Beni-Lubero y del Ituri para merecer tal castigo de parte de sus propios dirigentes? ¡Oh insondable razón del crimen en nombre de la política! ¡La historia no se borra nunca, la verdad triunfará pronto!
©Beni-Lubero Online.





