





El viernes 12 de enero de 2018, en su homilía pronunciada en la catedral de Notre-Dame du Congo, el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Kinshasa, Monseñor Donatien Bafuidinsoni ha hecho levantarse a la asamblea cuando declaró: « Este 31 de diciembre quedaría en nuestra historia como el día de los mártires del acuerdo del Saint-Sylvestre ». Homilía de un verdadero combatiente, como ejemplo de tantas palabras que Jesús pronunció contra los poderes del mal. Sí, dijo él, vosotros sois héroes porque habéis mezclado vuestra sangre a la de todos aquellos que murieron en aras de la alternancia del poder, base de la democracia. ¡No os olvidaremos jamás!
Suenan esas palabras como una interpelación en los oídos de Benilubero. Hoy vive el régimen de Kabila sus últimos días. No se mantendrá ya por mucho más tiempo. En la aurora de la nueva era se evocarán los nombres de las celebridades que contribuyeron al desmantelamiento de ese régimen. Son pues numerosos los héroes en la sombra. Sin ellos, las estrategias diabólicas de ese régimen y de sus padrinos contra nuestro país no serían conocidas, y nuestro país ya no existiría hoy.
En respuesta al llamado lanzados por nuestros obispos, por boca del obispo auxiliar de Kinshasa, queremos honrar con este artículo la determinación de todas esas personas que luchan por una nueva RD del Congo. ¡Les aseguramos que jamás las olvidaremos! Pedimos a cada provincia que se detenga, que las identifique y que ponga en conocimiento del pueblo congoleño los nombres de todas esas personas que dieron su vida por la alternancia del poder, prenda de la democracia y fuente de la paz.
Benilubero quisiera dar el tono mencionando a algunos que han expuesto y hasta entregado su vida para que la complicidad en el viacrucis que sufre el pueblo congoleño, especialmente en el Kivu y en Ituri, sea conocida por la opinión pública, tanto nacional como internacional.
Está, ante todo, el pueblo que enfrenta al régimen en las diferentes estructuras de la sociedad civil, sobre todo en los rincones más escondidos del país, con las manos vacías durante las manifestaciones pacíficas. Lejos de las cámaras del mundo, es torturado y humillado. Pero su voz hace retroceder la balcanización de nuestro país. Eso ocurre en Kasindi, en Oicha, en Beni, en Butembo, en Kirumba, etc.
Son todos esos hijos e hijas del Congo, niños, jóvenes, ancianos, quienes, desde 2012, son masacrados y degollados porque rehúsan ceder sus tierras a los invasores. Son héroes cuya sangre no ha sido derramada en vano. Ya que, gracias a ellos, la República Democrática del Congo está todavía de pie y salvaguardada su unidad. Citemos a título emblemático al Padre Vincent Machozi Karunzu, asesinado el 20 de marzo de 2016, por haber desvelado todo el sistema de ocupación del Nord-Kivu, puesto en marcha por Kabila y sus padrinos, cuyas últimas palabras suenan como un testamento: « Se comprende así el grave peligro de todo alargamiento del poder de Joseph Kabila. Los congoleños dignos de este nombre deben rechazar toda forma de transición. En efecto, a la vista de lo que está pasando en Ituri, toda transición más allá del 2016 daría tiempo y medios al gobierno congoleño que es, con toda evidencia, cómplice de la ocupación ruandesa del Kivu-Ituri en curso ».
Rendimos también homenaje a ciertas ONG locales, a las asociaciones de derechos humanos, a las ASBL que trabajan día y noche y que, siendo testigos visuales de los crapulosos crímenes, nos hacen llegar informaciones seguras. Gracias a ellos, Benilubero ha desmantelado redes de mafiosos. Algunos de sus agentes están secuestrados. Otros se ven forzados a vivir en el exilio, como es el caso de la Sra. Vulo Emerentienne (https://benilubero.com/revelations-sur-les-massacres-des-populations-et-les-tueries-des-casques-bleus-a-beni-la-monusco-est-bel-et-bien-complice-signe-et-temoigne-une-ex-humanitaire-de-long-merlin/). Viven lejos de su tierra pero, gracias a ellos, la tierra de nuestros ancestros sobrevive.
Evidentemente, hay periodistas de campo. Algunos han sido fríamente abatidos. Otros viven en la clandestinidad. Y otros vivevn actualmente todavía en el exilio, comomes el caso de Mr Esaïe Kithavu, periodista de la Radio RTR, y de Mr Christian Kahindo Muke, editor del periódico independiente Rafiki, quien, en nombre del amor de su patria, ha denunciado valientemente el papel del general Mundos en las masacres del Nord-Kivu. En el mismo registro, Benilubero no puede sino saludar la bravura de muchos hijos e hijas de los territorios de Beni y de Lubero, que han superado el miedo y las amenazas, y aportado durante el proceso de Beni las pruebas irrefutables que implican a algunas autoridades en esas masacres. Cómo no pensar en Mr Ngaghangondi Paluku, coordinador nacional de la Convención para el Respeto de los Derechos Humanos (CRDH), quien vive desde hace un mes en el exilio. Cómo no evocar también a Mr Kalimuli Tembo Emmanuel y a Mr Oscar Lusenge Kihundu, que se pudren en la prisión. A esta lista podemos añadir también los miembros de las oficinas de la sociedad civil Jacqueline Mwenge Katungu, mujeres humanitarias en el terreno. Cuántas pruebas judiciales y torturas psicológicas están pasando. Pensemos en Mr Angelus Kavuthirwaki, secretario titular de la Sociedad Civil de la ciudad de Beni, quien está huyendo. ¡Queridos hijos e hijas, conservad viva vuestra esperanza!
Héroes en la sombra son también nuestros hijos e hijas en el seno de ese ejército, congoleño nada más de nombre. Cuántos de vosotros han comunicado a Benilubero los planes de alta traición del régimen contra la nación entera en el caos. ¡Honor a vosotros, soldados valientes! ¡Pronto recibiréis la medalla de honor!
. Y no podemos terminar esta lista sin evocar a los amigos y amigas extranjeros, pero enamorados del Congo. Algunos han sido asesinados porque han puesto en conocimiento de la comunidad internacional la complicidad del régimen en las masacres que desangran el país, sobre todo en el Nord-Kivu y Kasai. Es el caso de los investigadores de las Naciones Unidas Mr Michaël Sharp y Mme Zaida Catalan. Otros han visto como les rehusaban o anulaban las visas de entrada en nuestro país, como Mme Ida Sawyer, directora de Human Right Watch en África Central y de Jason Streams, director del Grupo de Investigación sobre el Congo. Gracias a sus investigaciones y publicaciones, se desenmascararon y desmantelaron muchos complots contra nuestro país en el ámbito internacional.
En este contexto internacional, saludamos a nuestros hermanos y hermanas de la diáspora. Sus voces en las calles y en el concierto de las naciones tienen un inestimable precio en esta lucha por una RD del Congo única y unida.
¡Ante todos vosotros, héroes en la sombra, Benilubero se inclina y se quita el sombrero!
©Beni-Lubero Online.





