





El general Kakolele Bwambale, alias Águila Blanca, con un grupo de personas en actividades clandestinas, subversivas y, sobre todo de carácter terrorista, ha sido detenido por la seguridad ugandesa de Kampala. Conviene entender este acontecimiento con una retro-visión.
Desde el 4 de agosto de 2016, fecha en la que el presidente ugandés Yoweri Museveni denunció ante su homólogo congoleño Joseph Kabila, en Kasese, el turbio contenido del lado congoleño sobre las masacres de Beni y de Kasese, Kinshasa muerta casi abiertamente actitudes que traicionan su intención de hacerle daño al régimen de Kampala. Kampala continuó luego interesándose por el hecho de que hay pruebas repetidas de la participación de elementos de las FARDC, el ejército congoleño, en las actividades terroristas de los presuntos ADF contra los civiles de la región; sobre todo que dichas actividades afectan la seguridad fronteriza de los distritos ugandeses de Kasese, Budibugyo, e incluso Kabarole, en la parte que toca con el valle del río Semuliki.
En efecto, Joseph Kabila acababa de darse cuenta de que Museveni no estaba listo para sostener la prolongación de su reinado, por desafío y con fondo de sadismo, sobre el pueblo congoleño. Decidió de apoyar el botón del telecomando de sus escuadrones de la muerte, que son esencialmente antiguos M23, asociándoles autóctonos del gran Nord-Kivu, sobre los que deberían apoyarse para penetrar en esta región, lo que no es fácil por las tendencias ruandesas. Por parte de los M23, el coronel Bisambaza y sus colegas fueron entrenados en el juego; mientras que del lado del gran Nord-Kivu, el tristemente célebre general Kakolele Bwambale, alias Aguila Blanca, con una historia ampliamente manchada de prostitución política, fue encargado para negociar en el seno de la comunidad Yira Nande con las personas que se habían de asociar a los M23. El mismo Kakolele tuvo que recurrir a otro prostituido político-militar, cuyo nombre es el coronel Sikuli Lafontaine, con la esperanza de atraer hacia él a los Mai-mai al servicio de su plan maquiavélico. Otro compañero fue el coronel desertor de las FARDC, llamado John Tshibangu, que terminó su carrera en la cárcel. Sin embargo, sus esfuerzos conjuntos habían conseguido ya implantar en la región de Beni, y en el Ituri, una red que debería ayudar a los verdaderos terroristas en provecho del poder de Kinshasa.
Los Mai-mai VIVUYA, uno de los instrumentos del terrorismo pro-Kabila en Beni
Ciertamente tenía Kabila necesidad de tapar el plan de terrorismo que iba a instalar al Este del país con un pretexto vulgar, fácilmente aceptable para la opinión pública. Se encontraron dos álibis. El primero consiste en la presencia de los rebeldes ugandeses ADF. El segundo no es sino un pretexto sobre la existencia de grupos autóctonos Mai-mai que hostigan a sus propios hermanos. Fue así como Kakolele, Bisambasa del M23, John Tshibangu (antes de su arresto) así como Lafontaine, decidieron crear el grupo Mai-mai, llamado VIVUYA.
El grupo Mai-mai Vivuya, para llevar bien a cabo su misión, tuvo que hacer una triple conexión cuyos compañeros anotamos: los rebeldes ugandeses ADF, los degolladores salidos de los inmigrantes Hutu ruandeses, y otros ruandeses reforzados por los ex-M23 y por soldados (ex-M23 reciclados, FDLR, y otros ruandeses de la RDF), infiltrados en el seno de las FARDC, para encuadrar las masacres y a los terroristas en la región de Beni-Ituri. El estado mayor general de los Mai-mai Vivuya está ubicado en el parque de Virunga, en un radio de alrededor 25 kilómetros de la frontera de Kasindi. Al mismo tiempo que tapaban la infiltración de ruandeses (ex-M23, y antiguos refugiados Hutu en Tanzania) que llegaban a la región de Beni, vía Uganda, están destinados a hacer valer la tesis del gobierno congoleño que pretende que son los Nande quienes masacran a sus hermanos en Beni.
Los Vivuya ya han llevado a cabo varias acciones en la región de Beni, entre otras, los repetidos ataques contra el puesto fronterizo de Kasindi (Lubiriha), desde 2016.
Actividades ilícitas de la red terrorista congoleña sobre el territorio ugandés
La alianza Kakolele-Bisambasa-Lafontaine y colegas ha elegido el territorio ugandés como campo de sus concertaciones. Están frecuentemente reunidos, tanto en Kampala, como en Kasese, en Mbarara, y en Kisoro, tanto a nivel de uno de los campos de refugiados que se encuentran en Uganda, sin olvidar sus pasadas sobre Kigali/Ruanda. Desde entonces, Kampala ha decidido apuntar sus largavistas de vigilancia sobre esa red, cuyas sospechar continuamente aumentan.
Así que Uganda se convertirá progresivamente, no sólo en un terreno de planificación, sino también en el punto de mira más privilegiado, en complicidad con ciertos agentes de los servicios de seguridad y orden, de los que el más eminente fue el general Kalle Kayihura, antiguo patrono de la policía ugandesa, detenido también en Uganda por el mismo asunto, luego de una ola de arrestos que había barrido a muchos de sus colaboradores, antes de alcanzarlo a él mismo.
Las actividades terroristas ejecutadas sobre territorio ungandés por el régimen de Kinshasa no son una especulación. La DEMIAP (Detección Militar de las Actividades Anti-Patria), el servicio de información militar congoleño, afectado a la Presidencia de la República, está implicado en eso. Un coronel de la DEMIAP, de nombre Pacifique, fue detenido en Kampala hace unos meses; había sido detectado en una red que había instalado una empresa de secuestros de personalidades políticas, sobre todo de la oposición congoleña, y también en el red de los elementos del M23 que participan en las masacres de Beni.
Además, a principios del mes de junio de 2018, un reputado criminal, que es un ADF experimentado, de nombre Télesphore Paluku, ha sido detenido por la seguridad ugandesa entre otros infiltrados ADF en la región de Kasese. Las autoridades congoleñas de Beni han investido al máximo sus esfuerzos para obtener su liberación. De hecho, acababa de ser reclutado por la oficialidad congoleña para sostener el terrorismo del Estado, a la vez contra el pueblo congoleño de Beni y contra la vecina Uganda. Télesphore Paluku había sido condenado a varios años de prisión por este tipo de crímenes, y acababa de obtener su libertad por al ataque espectacular contra la prisión de Kangwyi/Beni, el 11 de junio de 2017, contándolo entre los 900 evadidos, mientras que 11 militares de las FARDC fueron muertos por los asaltantes, y no han sido identificados hasta el día de hoy. Desde entonces, la oficialidad congoleña lo enroló entre les agentes terroristas. En ese contexto, una bomba será hallada efectivamente en el mercado de Kasese (en Uganda) el 7 de junio de 2018.
La amplificación del fenómeno del secuestro, de asesinatos escogidos que se amplificaron en el centro y en Oeste de Uganda, así como en la capital Kampala, estaría netamente ligado a la extensión del terrorismo cuyos actores tomarían impulso a partir de la región de Beni, en la RDC, con el apoyo del régimen de Kinshasa, el que aportaría los medios logísticos. Se ha denunciado una conexión entre estas acciones y los terroristas de la región de Beni.
El general Kakolele de las FARDC, detenido en Kampala
Photo BLO/ Don de Dieu
Estaba en los concentradores del gobierno ugandés hacía mucho tiempo.
Había buscado domicilio en Nairobi/Kenia para coordinar bien la conexión M23-Mai-mai, llegó a Uganda hace cerca de dos semanas, como lo hace habitualmente en el cuadro de sus misiones oficiosas y mafiosas. Tuvo primero reuniones con sus colaboradores en Kasese. Luego, el 19 de junio de 2018, prosiguió con otras reuniones en Kampala. Pero, alertado el servicio de seguridad, le echó mano junto con todo el equipo que lo acompañaba, entre ellos los emisarios venidos de Ruanda, los ex-M23, los miembros del grupo Mai-mai Vivuya.
Kakolele es un cuadro del PPRD, el partido que dirige actualmente la RD del Congo. El hecho que sea reconocido como partidario de las misiones que desestabilizan a Uganda es señal de que es el poder local de Kinshasa quien extiende sus acciones criminales terroristas del Este del país (Beni e Ituri) sobre los vecinos ugandeses. El Presidente Joseph Kabila ha sobrepasado visiblemente el límite de sus celos criminales en el momento en que sus ambiciones lo impulsan a sistematizar una empresa terrorista que afectará a toda la subregión del África Central y del país de los Grandes Lagos.
Tuliya Tulinabo
Kampala
©Beni-Lubero Online.





