





El viernes 11 de mayo de 2018, un vehículo que circulaba, en actividades turísticas, en el Parque Nacional de Virunga, en el Nord-Kivu, cayó en una emboscada de asaltantes no identificados en el eje vial que une la localidad de Kibumba y la de Rumangabo. Se confirmó la muerte de un guardián del parque y el secuestro de dos turistas británicos, aunque el conductor del vehículo fue hallado más tarde.
Circulan informaciones concordantes diciendo que los secuestradores del pasado viernes reclaman la suma de $200.000 dólares de rescate. Un sucio negocio que se ha consolidado en el Nord-Kivu desde hace unos años, bajo la complaciente mirada de las autoridades del país.
Cuando se denuncia la responsabilidad del Estado congoleño en este tipo de azote, al Este del país en general y en el Nord-Kivu en particular, no se trata en absoluto de una especulación vacía. ¿Cómo se podría entender sino que un vehículo caiga en una emboscada en un tramo vial donde los puestos de vigilancia militares del gobierno tienen posiciones casi cada 500 metros? Urge denunciar la estrategia de las autoridades de Kinshasa que trata de desanimar a los testigos internacionales para que no atraviesen por las zonas donde están ellos implantando las fuerzas de ocupación, por una parte, buscando también la manera de impedir a esos mismos testigos el acceso a la parte del Parque de Virunga, donde el Estado se ha comprometido en una guerra fría contra la conservación de la Naturaleza, con el argumento de que los depredadores en el poder en Kinshasa quieren iniciar la explotación del petróleo en ese espacio protegido y supervisado por la UNESCO en calidad de patrimonio mundial.
Total, que habrá pronto en la R.D. del Congo muchas víctimas como los expertos de la ONU asesinados hace algún tiempo en el Kasai. Ya que la jerarquía nacional del país desearía poner fuera de estado de defenderse a toda persona que le pareciese u testigo molesto, tanto a nivel nacional como internacional. Es importante que se ejerza presión sobre el gobierno congoleño en relación con esos trágicos sucesos de los que ya no se libra nadie, sobre todo si el régimen local se siente lesionado en sus ambiciones y en sus intereses.
Masumbuko Erneste
Goma.
©Beni-Lubero Online.





