





Durante los tres últimos meses la opinión pública ha asistido a un ascenso impresionante de las fuerzas de Nduma Defense of Congo Rénové, NDC-R, en sigla, en una guerra de invasión al sur de Lubero. En realidad, ese grupo está activo en las localidades de Lubero, compartiendo los límites del territorio de Walikale desde hace casi un año, sólo que su capacidad hasta ahora era menor, aunque operaba un poco en forma de guerrilla. El NCD-R se aprovechaba entonces de la ausencia de un verdadero adversario sobre el terreno para pillar y masacrar a los habitantes Nande de la zona marcada por sus actividades, hasta que los antiguos Mai-mai del territorio de Lubero decidieron tomar la defensa de sus hermanos que parecía ser cada vez más objeto de un complot que no desvelaba el nombre de sus verdaderos responsables.
Y no tardó en revelarse la verdad sobre la base de los hechos que acompañaban los diferentes ataques registrados en Miriki, en Kasugho, etc. Pero al inicio esta verdad parecía confusa. Ya que tan pronto eran identificados los FDLR entre los asaltantes, o los combatientes Nyatura, o los elementos del ejército gubernamental (FARDC). En fin de cuentas, se descubrió que una alianza había sido sellada entre el NDC-R, los FDLR y los Nyatura, bajo la égida de las FARDC. El NDC-R del comandante Guidon se encuentra como cobertura de dicha alianza en operación contra el pueblo Nande. Los enemigos de la paz en el espacio de Beni-Lubero acababan de instalar el sur de Lubero un fenómeno equivalente a las masacres de tienen lugar en la región de Beni. Fue a este título que se pudo asistir a la ascensión admirable de las capacidades militares del NDC, capacidad que les permitió hacerse dueños de varias localidades en la parte sur del territorio de Lubero. La milicia del comandante Guidon se volvió una alianza de varios grupos armados.
Actualmente, esta alianza ya no es una especulación, y el apoyo que la aportan las FARDC ya no es un secreto. Las milicias de NDC y los Nyatura se enorgullecen bastante, incluso si los FDLR se amantienen allí clandestinamente. Esas milicias están orgullosas de hacer saber que benefician del apoyo de las FARDC. De hecho, dicha alianza o coalición es quien se ha substituido al ejército regular en la operación « Sokola II ». Más aún, ya no hay que extrañarse del hecho de que los FDLR, normalmente objetivos de la operación Sokola II, son miembros activos de esta misma alianza. En efecto, Sokola II cambió de objetivo: en realidad ya no son los FDLR quienes son atacados, sino más bien los autóctonos Nande. En adelante todo grupo armado que manifieste su disponibilidad a levantarse contra esta comunidad recibe de oficio una garantía total de protección y de dotación de armas de parte de las FARDC, siguiendo las consignas secretas que emanan de un plan del poder local para instalar el caos en el Este del país en general, y en Kivu-Ituri en particular.
Es en este cuadro donde el NDC-R declara con arrogancia que sus combatientes perseguirán hasta el final a todo grupo armado que se enfrente a las FARDC, haciendo alianza con los Mazembe que ha tomado la iniciativa de defender a los inocentes entregados a merced de los exterminadores sobre toda la extensión de Beni-Lubero. Desafortunadamente, mientras estos agentes del terror imponen su ley, la administración y la Monusco, por complicidad, guardan escandalosamente un silencio de muerte.
Jackson Kasereka Kitambala
Correspondant de BLO à Kirumba
©Beni-Lubero Online.





