





Estudiando el asunto de las actividades de los presuntos rebeldes ADF en la región, anotamos con dolor en el alma que el trágico plan contra la población que está consiguiendo con éxito sus objetivos, considerando el modo, y sobre todo la forma en que la capacidad socio-económica de los autóctonos se ve neutralizada en una tasa de más del 60%.
La labor es fácil para los enemigos de la población de Beni, ya que los delitos (masacres y pillajes) que se ponen a cargo de los ADF no son en realidad sino la obra de elementos del ejército regular congoleño, es decir de las Fuerzas Armadas de la República del Congo, FARDC, que, según consignas bien definidas por la jerarquía nacional del país, se disfrazan de asaltantes para atacar, matar, pillar, incendiar en la región de Beni. Esta realidad se ha repetido aún estos días con ocasión del ataque a Mavivi.
La población ha denunciado con frecuencia la deshonestidad y el sadismo con que actúa así el gobierno congoleño; pero la indiferencia y el laxismo de la comunidad internacional para tomar en cuenta estos hechos y sancionarlos como conviene llevan al pueblo congoleño a sospechar que el mundo occidental es cómplice del crimen así organizado por Joseph Kabila contra su nación. Pero creemos que las pruebas que trae hoy la misión de la ONU para resaltar la responsabilidad de Kinshasa en las matanzas de Beni sean de naturaleza suficiente para remover el corazón de la comunidad internacional.
En efecto, los cascos azules de la Brigada de intervención de la MONUSCO han capturado en Mavivi (a 9 kmts. al norte de la ciudad de Beni) a cuatro soldados de las FARDC que estaban en plena operación de ataque, pillaje, matanzas, etc. y que el Estado Mayor de la operación militar Sokola 1 de las FARDC anunciaba sobre las ondas como una incursión de los ADF. En esta circunstancia mataron al menos a 8 civiles, destruyeron varias motos y también fueron saqueados varios comercios, con todas las pruebas que deban certeza de que los autores de esos crímenes son elementos de las FARDC.
¿Rehusará también esta vez la comunidad internacional de considerar las acusaciones contra el sistema y el ejército de Joseph Kabila en el momento en que la misión de la ONU tiene las pruebas en mano a partir del terreno de operaciones?
En cuanto a nosotros, grande es nuestra consternación ante ese laxismo de la comunidad internacional, cuando sobre el terreno, la malicia del poder local arrastra horribles consecuencias como las de varias aldeas abandonadas, sin perdonar siquiera a los barrios de la ciudad misma de Beni: Mayangose inaccesible; Mbongya, Kasinga, Buili, Osibo, Bel-Air, Munzambaye, Kadou, vaciados de sus poblaciones; Masulukpede, Bhemba, Nzuma, Ngite siguen el mismo camino; y Ngadi conoce ya la misma realidad…
Por eso Oicha y el resto de las zonas de la región de Beni serán aisladas de su ciudad capital (Beni) mientras se halle ahí la jefatura de las Watalinga. La situación se ha vuelto peor que antes. Sí, matan manos, pero las aglomeraciones se quedan aisladas, inaccesibles y no se puede vivir allí. ¡Demasiado es demasiado! Es urgente ayudar a los congoleños a desembarazarse del régimen de Joseph Kabila, ya que en ninguna parte del mundo la historia nos dice que un régimen que extermina a su propia población haya sido tolerado por la organización de las Naciones Unidas, que es la estructura suprema que rige la política de nuestro planeta.
Jeanne d’Arc
Beni
©Beni-Lubero Online.





