






El señor Daniel Nganza, habitante del barrio Vutsundo en la ciudad de Butembo, es otro presunto cómplice del secuestro de dos sacerdotes católicos, los señores abates Kipasa y Akilimali, declarados desaparecidos por manos criminales de su presbiterio de Bunyuka, durante la noche del 16 al 17 de julio de 2017. Fue capturado el miércoles 20 de septiembre, hacia las 9:00, cerca del hospital de Mtanda, en Butembo. El señor Daniel fue atrapado gracias a la ayuda de una hija del gerente de un punto de transferencia electrónica de dinero, que había sido investigada por el servicio de seguridad por haber servido a la re de dichos cómplices desde su taquilla. Daniel Nganza es uno de sus clientes. Actualmente, el servicio del ANR, partiendo del interrogatorio de Daniel Nganza, prosigue sus investigaciones para tratar de descubrir otras ramificaciones de la red de esos cómplices.
Durante ese tiempo hay que señalar que otros dos presuntos cómplices también han sido investigados en base a las declaraciones del señor Augustin Mumbere, en interrogatorio ante el Tribunal de Gran Instancia de Goma, luego de su arresto el 18 de septiembre en Gisenyi (Ruanda), y su transferencia a las autoridades congoleñas de Goma. Se trata de los señores Fabrice Kakurusi y Jonas Kabuyaya. Además, la denuncia contra Jones Kabuyaya, que es un agente de la Agencia Nacional de Investigación (ANR), cae como un rayo sobre los servicios de seguridad locales. En efecto, desde los primeros momentos del secuestro de los dos sacerdotes, las presunciones no paran de sospechar la complicidad de los agentes de seguridad, civiles (ANR) o militares (Ejército y Policía), no sólo en este típico caso de secuestro, sino también en el mantenimiento de la inseguridad que ha cerrado su alicate sobre la cuidad de Butembo, la de Beni, y sus alrededores. Recordemos las contradicciones entre la autoridad político-administrativa de Butembo, la ANR, la Policía, el Gabinete Judicial y el Ejército, que incluso tentaron en algún momento a las autoridades eclesiásticas de Butembo de sus pender su colaboración (intercambio de información) con algunos de esos servicios de seguridad, a causa de su evidente actitud de traición.
Se puede constatar así que el telón está a punto de caer para que aparezca lo que se oculta en este misterio, no sólo de la toma como rehenes de ambos sacerdotes, sino también de la inseguridad recurrente (fenómeno Kasuku, salteadores de caminos, secuestros…) que no manifiesta su verdadero nombre.
Después de una presión tan grande por parte de la sociedad civil local, los servicios de seguridad debería aprovechar la presente oportunidad para redorar su imagen y reconquistar la confianza de la población. Ya que el pueblo que acaba de alzar su cuello largo tiempo inclinado no aceptará jamás plegarse de nuevo bajo las maniobras criminales de personas que buscar asentar su poderío sobre la sangre de multitudes inocentes.
Kaswera KATSAVURUMA.
Butembo
©Beni-Lubero Online.





