





Los ataques organizados por los asaltantes se concentraron este 27 de Septiembre de 2016 sobre los camiones que se desplazaban por la carretera Beni-Kasindi, cusando desastres humanos entre los pasajeros que iban a bordo de esos vehículos.
Fue precisamente a la altura de Nyaleke, que abriga sin embargo al estado mayor de la zona de operaciones Sokola 1 sur, donde se desarrollaron estos hechos.
Efectivamente, un camión de marca FUSO, que transportaba comerciantes ambulantes que regresaban del mercado fronterizo de Lubiriha (Kasindi), recibió súbitamente una lluvia de balas, mientras los pasajeros a bordo daban ya un respiro de tranquilidad, esperando atravesar una zona bien protegida y asegurada por los soldados del gobierno. ¡Qué va! Enseguida tuvieron que abandonar esa ilusión. Un violento ataque por sorpresa se inicia sobre el aparato en marcha y sus pasajeros. El vehículo pudo escapar, gracias a la determinación del chófer, que hizo frente a ese terror con una excepcional valentía, prefiriendo arriesgarse a huir, en lugar de ceder cobardemente.
Ese sentido del heroísmo permitió minimizar algo los daños. Por eso el balance se redujo a 4 heridos graves, de los cuales 2 mujeres, actualmente admitidos en el centro médico de la Brèche, en el barrio Matonge, en la ciudad de Beni. Ya que el chófer, a pesar de la herida que recibió, se debatió para liberar el vehículo de la zona roja, y consiguió acelerar derecho hasta la Alcaldía de Beni.
Otro camión, éste de la marca ACTROS, que pertenecía a un comerciante llamado Musiki, operador económico de Butembo, también cayó en la emboscada. Su chófer, el señor Paluku Kaghoma Mohamed, padre de cinco niños, fue abatido, pero su ayudante pudo escapar de modo providencial, volatilizándose en la jungla. Volviendo al chófer, toda la crueldad de los asesinos salta a la vista cuando se ve la manera en que fue decapitado, como un animal al que se degüella en el matadero.
Lo más escandaloso de todo esto es enterarse de que los esbirros que realizaron ese crimen no solamente son elementos vestidos con el uniforme de las FARDC, sino sobre todo que son realmente miembros de las FARDC, quienes continuaban en plena operación macabra siendo dirigidos por sus jerarquías militares. El testimonio de los que escaparon así lo confirma: estaban con uniforme de las FARDC, continuaban comunicándose con su estado mayor de comandancia en lingala. A título de ilustración, cuenta un testigo que, antes de incendiar el camión ACTROS, los asaltantes llamaron primero al comandante con la siguiente conversación: « Mokonzi, tosilisi boulot. Sikawa tosala nini?… Bongo camion oyo totumba yango? … » (lo que se traduce por: Comandante, hemos terminado la misión, ¿qué debemos hacer ahora?… ¿Deberíamos incendiar ese camión?).
Parece evidente que los ataques registrados durante el día contra los civiles en Nyaleke son una continuación lógica de la matanza de dos personas en el mismo sitio, y del pánico « organizado » que provocó la muerte de más de veinte persona por ahogamiento, sin contar los heridos, sobre todo entre los niños y las personas mayores, que fueron aplastados o arrastrados por las aguas desbordadas, a causa del fuerte aguacero del sábado 26 de Septiembre de 2016. Nancy Mulisya, la hija del Pastor BONANE, de Beni, cuya imagen adjunta ya está contada entre las víctimas de esta tragedia.
En pocas palabras, los genocidas de Beni cambiaron un poco su estrategia: el pánico provocado el sábado pasado por un militar de civil que disparó para poner a la población en desbandada era ciertamente una señal para el inicio de la masacre, en pleno centro de la ciudad, por un agente matón al que se le escaparon algunas consignas de la puesta a punto. Las autoridades locales deberían cesar de afirmar que dicho agente actuó bajo los efectos de la borrachera (una forma de encubrir al criminal). Es necesario que el Alcalde de la ciudad de Beni cese de quebrar el ímpetu de las vigilancias civiles, tratando de hacer creer que » habría mucho más miedo que daño ». Además, la verdad es que el enemigo está confirmado ahora en el seno del ejército. De ahí la intensificación en estos días de pánicos y matanzas organizados en el centro de la ciudad y en las periferias, al activo de elementos reconocidos como miembros de las FARDC.
En cuanto a Nyaleke, ¡qué desgracia para Beni! Ya que el comandante sanguinario, conocido hasta en Nueva York (por no decir por las Naciones Unidas y la comunidad internacional), el General Fall Sikabwe, acaba de ser coronado como plenipotenciario allí. BLO había prevenido lúcidamente a la opinión sobre los daños que acompañarán su presencia en Beni, desde el día en que Joseph Kabila decidió reforzar el ejército del terror en Beni, dividiendo la operación Sokola 1 en dos zonas, Norte y Sur, cuyos estados mayores están basados respectivamente en Eringeti y en Nyaleke.
A justo título se constata también la llamarada de matanzas sobre el eje Beni-Kasindi, zona tenida por Fall Sikabwe, con una amplitud de matazón muy particular en Nyaleke, donde se encuentra su estado mayor.
Por esa circunstancia, la suerte de Beni está llamada a volverse más triste que nunca. Los degolladores se hallan ahora en el centro de la ciudad, dando la imagen del ejército nacional.
Anne-Marie KASOKI Beni
« Se comprende así el grave peligro de toda amplificación al poder de Joseph Kabila. Los congoleños dignos de este nombre deben rehusar toda forma de transigencia. En efecto, a la vista de lo que pasa en Kivu-Ituri, toda transigencia más allá de Diciembre de 2016, daría tiempo y medios al gobierno congoleño, que de toda evidencia es cómplice de la ocupación ruandesa del Kivu-Ituri en curso » (Padre Vincent MACHOZI, el 19 de Marzo de 2016, palabras que le costaron su asesinato al día siguiente).
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