





Por BLO, el 22 de Diciembre de 2016
La fecha del 19 de Diciembre de 2016 quedará grabada en la memoria de los congoleños. Nunca tal fecha había levantado tantas pasiones, sueños, caricaturas en el imaginario congoleño… Una fecha que no es como las otras, que significa el final del régimen de Kabila, quien durante 15 años demostró su incapacidad para dirigir el país, velando por los intereses de sus hijos e hijas. Todo mundo es ya consciente; luego de su independencia, esos 15 años representan los momentos más sombríos de la historia de la RD del Congo. En quince años el país se convirtió en el terruño de la corrupción y en la capital mundial de la violación infligida a las mujeres. En quince años de un régimen que hizo brotar las rebeliones como champiñones por todo el ámbito de la República, para poder así pillar las riquezas del país. En quince años todo el país quedó destruido, hasta tal punto que ninguna necesidad básica del pueblo está asegurada: agua, electricidad, comunicaciones, salud, escuelas, etc. La esperanza de vida ha bajado en quince años ¡de 57 a 49 años!
El pueblo ya no aguantaba más.
Así que para el pueblo la fecha del 19 de Diciembre significaba el fin de su calvario, y un paso hacia la libertad, ¡incluso al precio de la vida!
Como buenos pastores, los obispos lo sintieron y quisieron anticipar las cosas. Durante más de una semana la CENCO atrajo a unos y a otros alrededor de una mesa para llegar a una solución, antes de esta fatídica fecha. Pero no se pudo concluir nada, y llegó lo peor.
Sin consigna alguna de la oposición para prepararse al evento, el pueblo mismo decretó el 19 de Diciembre como una jornada de “ciudad muerta”. El 20 de Diciembre a medianoche y 00 minutos, el pueblo se levantó como un solo hombre y comenzó a celebrar el fin de su calvario, es decir, del régimen de Kabila, con silbatinas, tam-tam, tambores, ruido de cacerolas, de platos, etc. Ese fue el caso, en especial en Oicha, una ciudad donde se riega la sangre desde 2014, y en Kinshasa.
Pero todo eso no interpeló para nada la conciencia del régimen. Una conciencia ciertamente abrasada. A pocos minutos del final de su mandato, Kabila hizo publicar un edicto de gobierno atizando el fuego del brasero…
¡Demasiado es demasiado!
El 20 por la mañana, el pueblo salió a las calles para enfrentar a mano limpia a los escuadrones de la muerte que el régimen desplegó por todas partes. Se habla de 29 muertos, sólo en las calles de Kinshasa y Lubumbashi. Los daños materiales son también cuantiosos. Varios lugares, símbolos del Estado, fueron saqueados por la población encolerizada. Estaciones de servicio incendiadas. Inmuebles y almacenes, pertenecientes a colaboradores próximos del régimen, saqueados. Ese es el caso en Lubumbashi y en Kananga.
¿Hasta cuándo?
¡Sí, ya no hay duda, Kabila está cavando su propia tumba! La decisión de prolongar su mandato por la fuerza contra la voluntad del pueblo. Éste está decidido a recuperar el poder que él le arrebató, de conformidad con el artículo 64º de la Constitución.
¡Qué tristeza! Toda la culpa es suya. No acusará a nadie de no haberle advertido de la suerte que le espera. ¡Quién no habrá advertido a Kabila del peligro que corre, si no respeta la voluntad del pueblo! ¿Qué grande de este mundo no se la acercó para aconsejarlo? ¡Incluso el Papa! ¡Pero el tipo se queda como una piedra!
Pero los signos precursores ahí están ya. ¡Signos rojos! Ha sido acusado de todos los males en varios informes. Se le ha presentado como el mentor del genocidio de los Yira (Nande). Se la ha acusado del pillaje sistemático de los recursos del país. Tras el escándalo desvelado por los Panamá Papers, la agencia americana Bloomberg se manifestó justo en los últimos días antes del fin del mandato, exponiendo tanto a la opinión nacional como internacional, que su familia convirtió la RD del Congo en propiedad privada, acumulando riquezas, hasta tal punto que nadie puede imaginar. Mientras por todas partes, sus partidarios, igual que sirenas, dan la vuelta al mundo proclamando que no se pueden organizar unas elecciones por falta de dinero. Otro sigo que no engaña son las sanciones que de todas partes caen contra los próximos a Kabila, ya sea de EE.UU. o de la Unión Europea. ¿Hasta cuándo resistirá?
¡A Kabila le falló su longevidad en el poder, es incuestionable!
Hace 15 años, el país necesitaba un presidente visionario y constructor. El país salía de 23 años de la dictadura de Mobutu. ¡Se esperaba que Kabila arrancase el país hacia un nuevo y bello futuro! Los 5 talleres de la modernidad tan cantados no eran sino talleres de muerte. Y en esto Kabila ha sido fuerte. Por donde pasara sabía decirle al pueblo la verdad por lo contrario. Cuántas veces prometió la paz en sus visitas al Nord-Kivu. En lugar de paz, la guerra las masacres sin cesar… El pueblo no es tonto; ya no se dejará engañar más.
Lo que le faltó: el secreto de sus vecinos
Kabila a perdu sa chance ! Il n’allongera pas la liste des dinosaures de la région des grands lacs. Il a voulu leur emboîter les pas mais il n’en a pas suivi le secret !
Uganda.
En Uganda, en 15 años, Yoweri Museveni construyó su país. El país está electrificado al 70%. Del Este al Oeste, del Norte al Sur, la capital está conectada con el resto del país por una red de carreteras bien asfaltadas y mantenidas. Sin contar los caminos de la red agrícola. La hambruna es una palabra desconocida en el vocabulario del pueblo ugandés. Bajo el plan de seguridad, se puede viajar de noche sin caer en manos de salteadores. Bajo el plan de salud, el pueblo tiene acceso a todos los cuidados. La enseñanza es cada vez de mejor calidad.
Los extranjeros no temen invertir allá. Sí, es visible el desarrollo. Todo eso le sirve de escudo al régimen frente a las violaciones de los derechos humanos de que pudiera ser acusado.
Angola.
Angola es hoy el orgullo de África. Después de más de 15 años de guerra, es el país más desarrollado y el más estable de África central. La seguridad no es palabra vana. Y no es raro encontrar hoy europeos emigrados a Angola. La longevidad de Eduardo dos Santos en el poder se esplica, en parte, por el desarrollo económico que conoce el país en los últimos 20 años.
Ruanda.
Este país es reconocido hoy como el que tiene la capital más limpia de África, donde la corrupción está por debajo del 5%, y donde la seguridad, la educación y la salud de las poblaciones figuran como prioridades del régimen, y no como un simple eslogan. En 15 años el hombre fuerte de Kigali está consiguiendo construir su país. A los inversores no les da miedo ir allá. Todo eso hace que la comunidad internacional cierre los ojos ante ese régimen, sin embargo dictatorial, donde la libertad de expresión no es un derecho, y sobre su política de invasión en la RDC.
En la RD del Congo, Kabila no está protegido por ninguno de esos « escudos » que utilizan sus vecinos. Su fin trágico es inevitable, a menos que anuncie hic et nunc su salida, y negocie en clama su futuro.
« Se comprende así el grave peligro de toda prolongación del poder de Joseph Kabila. Los congoleños dignos de este nombre deben rehusar toda forma de transición. En efecto, viendo lo que pasa en el Kivu-Ituri, toda transición, más allá de Diciembre de 2016, daría tiempo y medios al gobierno congoleño que es, con toda evidencia, cómplice de la ocupación ruandesa del Kivu-Ituri en curso » (Padre Vincent MACHOZI, el 19 de Marzo de 2016, palabras que le costaron su asesinato al día siguiente).
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